30 de junio de 2010

Cardozo: "Con la mente en blanco"


Unas 37.000 personas se hallan de pie en el estadio Loftus Versfeld, todas a su alrededor, en medio de una pausa aparentemente interminable. Hasta las vuvuzelas han callado, y hay una clasificación histórica en juego para Paraguay. ¿Presión? Óscar Cardozo ni siquiera deja que termine la pregunta de FIFA.com: “Para mí fue como tirar un penal en mi barrio”.

En una entrevista exclusiva tras marcar el gol que define como “el más importante” de su carrera, el delantero centro de la Albirroja y del Benfica exhibe una naturalidad casi inconcebible en alguien que hace poco más de una hora acababa de meter a su país, por primera vez en la historia, en cuartos de final de la Copa Mundial de la FIFA.

Paraguay eliminó a Japón en la primera tanda de penales de Sudáfrica 2010, después de que el tiempo reglamentado y la prórroga terminasen en empate a 0-0. Para un artillero como Cardozo, esos 120 minutos de espera pueden parecer un suplicio: estaba loco por marcar. Tardó lo suyo y, sin embargo, apareció en el momento crucial.

“Es un gran momento para todos nosotros, nuestra selección nunca ha pasado por esto. Estamos muy contentos por lo que hemos hecho hoy, y yo personalmente también me siento muy realizado”, señala el atacante que transformó el quinto lanzamiento con el que los guaraníes se impusieron 5-3 al conjunto nipón desde los once metros.

Y ese gran momento no pesó en absoluto sobre los hombros de Tacuara, quien cumplió con su cometido en una campaña en la que, hasta ahora, distaba de ser un protagonista. El máximo realizador de esta temporada de la Europa League de la UEFA y la liga portuguesa, con 9 y 26 goles respectivamente, divide su espacio en la Albirroja con otros atacantes de renombre, y en esta fase final no suma más que 114 minutos, repartidos en cuatro encuentros. Pero ha sabido dar un paso al frente cuando su equipo más lo necesitaba.

Serenidad llamativa
“Cardozo es un jugador que tiene en la selección una realidad diferente a la del Benfica, pero, aun así, cuando terminó la prolongación vino a hablar conmigo y me pidió no sólo tirar, sino tirar el quinto penal”, revela su entrenador, Gerardo Martino. “Cuando un futbolista hace eso y además lanza de la manera en que él lo hizo, lo único que uno puede hacer es quitarse el sombrero”.

Vale la pena describir “la manera en que él lo hizo”. Volvamos a la escena con todos de pie en el estadio Loftus Versfeld. Después del fallo de Yuichi Komano y de cuatro aciertos por parte de los paraguayos, Cardozo se dirigió hacia el punto fatídico con la seguridad de que, si batía a Eiji Kawashima, dirimiría una batalla y mantendría a su equipo en liza. Haciendo gala de su categoría y de una gran calma, esperó a que el arquero japonés se lanzara a la izquierda y pegó de lleno con el interior de la bota al balón, que se introdujo por el lado opuesto con la misma tranquilidad que él mostraba: 5-3. Misión cumplida.

El partido disputado en Pretoria era una eliminatoria de una Copa Mundial de la FIFA, pero Cardozo asegura que se sentía como si tuviera la mente en otro sitio, en concreto muy lejos de allí, a más de 8.000 kilómetros de distancia, en la pequeña ciudad paraguaya de Doctor Juan Eulogio Estigarribia, donde dio sus primeras patadas a una pelota. “Tenía la mente en blanco. No me pasaba nada por la cabeza, nada de nada. No sentí ninguna presión”, afirma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se directo al punto. Gracias.